“Yo esperaba, yo creía que…. “

Estos días le he estado dando algunas vueltas al concepto de expectativas, a esa sensación que te invade cuando las cosas no salen cómo tú deseas, cuando esperas de los demás algo que no llega, cuando quieres que las cosas salgan de una determinada manera  pero no haces nada para que eso cambie.

Y  que las expectativas, sólo son eso, la esperanza de conseguir algo, el deseo que se produzca un resultado pero sin que hagamos nada para que eso suceda, alejándonos inevitablemente  de la acción , esperando a que nos llegue lo que anhelamos si hacer nada para conseguirlo, esperando que nos toque la lotería sin jugar…

Existen, a mi entender  dos importantes razones por las que nos acomodamos en el mundo de las expectativas; una de ellas es la obviedad  y otra es la incapacidad que tenemos de expresar de forma abierta y sincera  aquello que queremos de los demás.

Imagen

Para mí la obviedad es tener claro cómo son las cosas desde nuestra perspectiva particular, desde nuestro mundo, creyendo que las personas de nuestro alrededor  tienen la misma visión que nosotros. ¿Y qué sucede cuando no sucede lo que esperamos?  Pues que nos llega ese maldito sentimiento llamado frustración. Y es entonces cuando nos entra el “bajón”, el “mal rollo”, el enfado y la desesperación y tendemos a responsabilizar al otro de su falta de compromiso o si poca diligencia en lugar de asumir que nuestra expectativa no fue satisfecha porque nosotros no hemos hecho ninguna petición  directa al respecto.

Otra variable que a mi entender nos hace mantenernos en el ambiguo mundo de las expectativas es no hacer una demanda de petición clara y directa de lo que queremos o esperamos de los demás. En una expectativa no existe ningún tipo de conversación entre dos personas, solo hay demasiados  “yo espero”, “yo creía que…”,” yo daba por hecho que pasaría….”

Así que después de dar muchas vueltas a mi cabeza, y cuando digo muchas es muchas 🙂 , he llegado a una conclusión: que a partir de ahora voy a dejar de lado mis muchas expectativas, voy a ser más abierta y franca a la hora de demandar lo que deseo o quiero de los demás y no voy a dar por hecho cosas- palabras – deseos que sólo son justamente eso, deseos, esperanzas y sueños que tan solo están en mi cabeza.

Y espero (¡no  es un expectativa  que conste!) que en mi próximo post, eso sí, ya después de mis ansiadas vacaciones, os pueda explicar mis avances, mis logros en mi lucha particular contra mis expectativas! 🙂

Mònica Pérez

Una respuesta a ““Yo esperaba, yo creía que…. “

  1. En mi opinión, como dices, hay que pasar a la acción. Hay que actuar, dar el primer paso o comunicar más. Así es más probable que lo que al final ocurra, se acerque más a lo que deseamos, o que al menos nuestra visión se vuelva más realista y por lo tanto evitemos al fin y al cabo la fustración que produce el incumplimiento de la expectativa. Así que a meditarlo durante las vacaciones!

Deja un comentario